NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO.Autor: Luís Salvador Carmona. Año: 1755-1760 Talla de madera y rostro de facciones profundamente marcadas, reflejando dolor sin exacerbación dramática. Los pómulos muy acusados, los ojos al suelo, con una mirada indeterminada, pero a la vez que ven más allá, el destino para los que le torturan, la Redención de la humanidad. Los párpados finos, los inferiores con el edema natural del sufrimiento y del cansancio; las cejas retorcidas con el doble arqueo que define el dolor. La boca entreabierta con el labio inferior caído, congestionado y fluyendo por la comisura derecha un poco de Sangre; la cavidad bucal muy bellamente modelada y completa, con perfecta anatomía, la expresión inigualable del momento de la Pasión que representa; el bigote, algo rizado, deja libre parte del labio superior y cae por los lados hasta tocar con la barba también rizada y terminada en dos puntas de poca profundidad y toda ella de dimensiones bien proporcionadas. Cabello ondulado partido en dos en el centro de la cabeza, con unos rizos que caen en ambos lados de la frente, formando melena que desciende ampliamente en mechones como “húmedos” que parecen recientemente peinados, descansando sobre el hombro derecho y espalda, dejando libre el lado izquierdo y ciñendo una corona formada por cinco varas de espino verde de las que una de ellas, atraviesa la ceja izquierda. La cabeza es de dimensiones normales y la cara no presenta alargamiento. Las heridas son tratadas con tal discreción, que apenas se ven, pero el autor con todo ello, logra una imagen única: EL NAZARENO |