JOSÉ TENA FUSTER

Escultor valenciano perteneciente a la escuela del mismo nombre, o por qué no decirlo “escuela levantina”, como algunos estudiosos prefieren catalogarla, por el gran número de imagineros y talleres (escultores, pintores o restauradores de primer nivel), que la componían y dado que esta particular escuela de arte, no se creó únicamente en la ciudad del Turia, sino que ocupó gran parte del Levante español, con artistas que trabajaron unos modelos muy similares, también en Cataluña, hasta el punto de llegar a la fabricación seriada en pasta-madera en localidades como Olot (Gerona).

El historiador Pablo Jesús Lorite Cruz, se refiere a éste arte y en concreto a la empresa llamada “El Arte Cristiano”, de la cual tenemos en la Cofradía algunos ejemplos, así:

“conocida como “los talleres del Arte Cristiano” que se fundó en 1880 en Olot y es una de las pocas que ha sobrevivido hasta la actualidad, sin embargo, son innumerables las fábricas existentes en diversos núcleos del levante español, donde destaca la ciudad de Valencia (en la que coexistieron más de 30 talleres), los hubo en Barcelona, Murcia e incluso en Madrid”.

Al margen de grandes artistas como Antonio Ruidavtes Lledó (1813-1897) y de otros más contemporáneos como Mariano Benlliure (1862-1947) o José Sánchez Lozano (1904-1995), proliferan en la Comunidad Valenciana, un gran número de talleres artísticos, bajo la influencia académica de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos.

La inmensa mayoría de estos imagineros y talleres, distribuyen sus obras por toda España e incluso América. Como principal maestro de todos ellos, se podría considerar a Modesto Pastor Juliá (1825-1889) y a su hermano Damián Pastor, fallecido en 1904.

Estos artesanos valencianos, se adaptaron a los nuevos tiempos y gracias a la llegada del ferrocarril o la fotografía, crearon catálogos ilustrados, donde reflejaban sus productos, los mostraban y los enviaban por correo.

Sus trabajos eran realizados en madera y en serie, donde una amplia plantilla de trabajadores, repetían los moldes y con ello poder ofrecerlos de una forma sencilla.