La figura de este artista o artesano, resulta prácticamente desconocida a excepción de algunos apuntes biográficos que van apareciendo, fruto en muchos casos del transcurrir de su vida desarrollada en diversos lugares donde al mismo tiempo va desplegando su obra.
Diversas referencias extraídas de documentos notariales, señalan que Manuel Borje, era natural de la localidad leonesa de Escobar de Campos, donde el 20 de enero de 1625 se bautiza un niño llamado Manuel, hijo de Rodrigo Borje y Juliana Borje, que muy posiblemente sea el referido.
Por lo que respecta al apellido, se le denomina indistintamente Borja o Borje, no distinguiendo con precisión la letra final en los mencionados documentos notariales. Esta es otra de las dificultades añadidas, pues es un apellido muy común y abundante en la zona.
Dada la cercanía de la mencionada localidad con otras como Villada y Sahagún, es muy probable que iniciara su carrera en alguna de ellas, las cuales eran por la época un importante foco artístico, especialmente en el ensamblaje de retablos.
Su principal influyente parece ser Francisco Pérez de Tudanca, el cual realiza trabajos por la zona y a quien debía conocer por trabajar en lugares contrastados y frecuentes de paso, para posteriormente contactar con Alonso Fernández de Rozas, artista que sigue la misma senda que el anterior, pero con algunas variantes más evolucionadas.
Es a partir de 1660 cuando, una vez asentados en Villalón de Campos, se empieza a tener constancia de su obra como maestro independiente, realizando diversas obras para la Semana Santa de la localidad.
Posteriormente se le encarga la que parece ser su obra principal, los relieves y esculturas del Retablo Mayor de San Miguel de Villalón, obra que actualmente ha desaparecido por completo. Manuel se encarga de realizar toda la escultura del conjunto, aunque el ensamblaje del Retablo fue realizado por el artista natural de Medina de Rioseco, Francisco Rodríguez.
Seguidamente se traslada a vivir, ya junto a su esposa Catalina de San Martin -con la que contrajo matrimonio en 1655-, a Medina de Rioseco, donde alquilan unas casas en una zona muy comercial y, por ende, de paso obligado para comerciantes.
Al año siguiente Manuel recibe de su mujer, un poder para trasladarse a la localidad leonesa de Escobar de Campos, de donde ella era natural, para vender parte de sus bienes, equivalentes a mil reales “y no más”, sin saber de momento el motivo de dicha venta.
Lo cierto es que, en 1667, el maestro recoge nuevamente sus herramientas para desplazarse primero a Villalón y posteriormente a La Bañeza, donde aparece intitulándose vecino de ella en 1668. Es aquí donde recibe el encargo de la Cofradía de Jesús Nazareno de Zamora para la realización de un Paso conocido como “El Redopelo” y compuesto por tres imágenes.
La Cofradía nazarena debió quedar bastante satisfecha con el trabajo realizado, pues el 19 de mayo de 1669 se acuerda la realización con, “Manuel de Borxa maestro escultor vecino de la villa de la Bañeza y Thoribio Gonzalez pintor residente en esta ciudad”, de un nuevo Paso, representando a Cristo en el momento de ser clavado en la Cruz.
El Paso del Redopelo, es conocido popularmente como el “El Judío del Clavo”, debido a que uno de los sayones, concretamente el que barrena la Cruz, sujeta un calvo entre sus dientes.
En la actualidad y tras ser vendido en 1902 a la Cofradía del Santo Entierro de Benavente, el grupo es propiedad de ésta Hermandad zamorana, tras pasar por varias restauraciones, siendo una de principales la que se produjo en 1868, cuando el Cristo fue sustituido por otro realizado por el escultor zamorano Ramón Álvarez.