LA SOLEDAD

 

NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD.

Autor: Anónimo.

Año: 1819.

Talla de madera y de vestir, donde destaca la expresividad de su cara y manos. En el año 1882 la entonces camarera de la Imagen, Dª Adela Cabo confeccionó un manto manifestando por aquel entonces, el gasto de 32 reales que originaron las telas y adornos empleados en su elaboración.

A principios del S. XX, la señora Marquesa de Cubas, regaló un nuevo manto de terciopelo negro, con el que la Imagen procesionó hasta 1944.

Dicho manto fue pintado por la propia Marquesa y actualmente se encuentra en las dependencias de la Cofradía, aunque ya como mero objeto de culto y devoción.

Es en éste año cuando, de forma repentina, deja de procesionar como lo venía haciendo. Quizás el motivo fuera el importante coste que suponía por aquel entonces una restauración que se necesitaba acometer o la inminente llegada de la nueva talla de Nuestra Señora de La Amargura, la cual se produjo al año siguiente.

Permaneció así unos años formando parte de un Calvario junto al Crucificado Tendido y San Juan Evangelista. Dicho grupo fue “desmontado” por su complejidad a la hora de ser portado a hombros y Dª Josefina Andrés Álvarez (Fina Luna), la que la rescató haciéndose cargo de la Imagen.

En 1987 José Páramo Rodríguez realiza la Mesa con la que procesionó hasta el año 2014, cuando se adquiere la que hoy porta la Imagen.

Es en la actualidad la Imagen que más procesiona durante la Semana Santa.

Tiene como particularidad que son las Hermanas, principalmente y en su mayoría, las encargadas de llevar el Paso. Procesiona el Lunes Santo en el Vía Crucis, el Viernes Santo, en la Procesión de Los Pasos y el Domingo de Resurrección portada a hombros por unas setenta Hermanas.